jueves, 27 de febrero de 2014
lunes, 24 de febrero de 2014
Arrancas, sigues, aceleras, paras.
Movimiento, velocidad. Kilómetros
y kilómetros de carretera, de paisajes diferentes. Edificios, parques, niños
jugando en la calle, abuelos sentados en las puertas de sus casas contando
entre ellos aquellas historias de las que estaban tan orgullosos. Más
velocidad, más cambio. Nada permanece quieto. Arrancas, paras, vuelves a
arrancar.
Recorres la ciudad de arriba
abajo, llegando hasta límites insospechados. Conociendo y viendo lugares que
jamás habías visto. Continuas. Investigas. Todo se sigue moviendo. Eres tú el
que se mueve con el cambio.
De sol a sol, sin parar, de un
lugar a otro. Recorriendo todos aquellos trayectos que comunican ciudades con
más ciudades. Pero llega un momento en el que paras, en el que no puedes más y necesitas
descansar. La noche llega y con ella tus ganas de relajación, de ver las cosas
con más calma. Esperando encontrar un lugar para ti, en el que tú sentirte a
gusto independientemente del tiempo que vayas a estar en él.
Acorde a nuestro proyecto, no hay
un solo contexto, el contexto va variando dependiendo de dónde te encuentres,
pero hay algo que tiene en común, la carretera, las comunicaciones que hay
entre las ciudades.
María es una persona que viaja
continuamente, que necesita desplazarse ya sea por las necesidades que sean,
por ello concluimos que el contexto de nuestro proyecto es el viaje, el
trayecto. Pero además, un lugar fijo, un lugar donde ella pueda relajarse entre
viaje y viaje. Para ello hemos tenido en cuenta las áreas de servicio, que son
principalmente de tiempo limitado y además, también hemos tenido en cuenta
aquellas zonas en las que tú puedes descansar sin necesidad de límite de
tiempo.
Centrando un poco más nuestro
contexto, consideramos que el contexto de María está comprendido entre las
ciudades de Alicante y Madrid. Por ello hemos analizado las áreas de servicio
más cercana a la ciudad de Alicante y concretando un poco más dentro de las
áreas sin límite de tiempo, en Dénia. En Dénia hemos encontrado un lugar
perfecto. Una zona de descanso colindante con el mar y con la carretera nacional.
Cabe destacar que es un lugar tipo, ya que ella elegirá el que desee
dependiendo de dónde está. Pero todos en sí siguen un mismo patrón. Un lugar
tranquilo, sin demasiadas viviendas alrededor, acondicionado a las necesidades
de una casa móvil, con el mar a unos pocos kilómetros y la carretera a otros
pocos.
Espero que esto se ajuste a las
necesidades de mi cliente, tanto si es un día ajetreado como si es una noche
tranquila. Por si de vez en cuando le apetece parar y no acelerar.
Ana M. Conejero
http://www.thisiscolossal.com/wp-content/uploads/2014/02/Shanghai_Freeway_640.gif
jueves, 20 de febrero de 2014
lunes, 17 de febrero de 2014
El laberinto de Àss.
Freya se encuentra aturdida, en
medio de ninguna parte. Mira a su alrededor detenidamente, no entiende nada.
Hay más gente con ella, pero todos están en la misma situación. Perdidos. De
pronto observan que hay salidas por las cuales pueden salir, y es aquí cuando
sus caminos se separan. Cada uno elige una opción distinta. La más adecuada
para cada uno de ellos. Suponen que no se volverán a ver nunca más, pero que
¿quién sabe? No saben lo que se van a encontrar pasados esos muros. Esas
puertas.
Freya es una de las primeras en
decidir salir de esa habitación redonda, sin esquinas. Se encuentra con un
pasillo, largo y oscuro, lleno de vegetación. De pronto se da cuenta. Está en
un laberinto. Tiene miedo pero sigue adelante. Está sola, pero eso no la
detiene.
De repente se encuentra una
bifurcación. Es momento de decidir. Hay dos caminos, uno lleno de esmeraldas,
miles de piedras preciosas y otro con un trozo de pan y dos trozos de carbón.
Frente a ella, hay un cartel, en el cual pone “Si coges el camino de las
esmeraldas podrás salir de aquí, pero en el fondo sabrás que has elegido el
camino fácil”. Ella decide rechazar el camino fácil. Así que coge su recompensa
y sigue a delante.
Más adelante se vuelve a
encontrar otro obstáculo. Otra prueba.
En este caso hay un guardián delante de una puerta de madera vieja y
podrida. Ambos se miran y Freya espera a que el guardián le dirija la palabra.
Sin decir palabra el guardián abre la puerta. Detrás de ella hay un anciano
tirado en el suelo, sufriendo de dolor, sangrando por la amputación de su
pierna derecha. Freya se sorprende y no es capaz de decir nada. Se queda
inmóvil. El guardián de pronto le formula la siguiente prueba “Si lo matas,
acabarás con su sufrimiento. Si lo matas, podrás pasar.” Freya no daba crédito
a lo que oía. ¿Matar a alguien? ¿A cambio de qué? Ni siquiera lo sabía. Pensó
todas las posibilidades posibles “En verdad está sufriendo, lo está pasando
mal”, “Quitar una vida humana, ni pensarlo”, “Pero tengo que seguir con mi
camino, hay que superar todos los obstáculos”… De pronto lo vio claro. Miro al
guardián y le dijo con voz firme y serena “¡No! No pienso hacerlo. Si eso
significa que tengo que volver por el camino que he venido, lo haré, pero no
seré capaz de acabar con la vida de una persona”. El guardián la miró
detenidamente y sonrió y dijo “Ha superado la prueba, puede pasar”. Sorprendida
siguió su camino, y además estando en frío, pensó que el hombre solo estaba
pasando por un momento de dolor, no era necesario que muriera.
Siguió caminando por los fríos
pasillos, cansada y queriendo parar en cualquier momento, pero su objetivo era
llegar al final, salir de allí. Una bifurcación vuelve a aparecer. A la
izquierda un señor mayor y la derecha un hombre muy atractivo. Y otra vez otro
cartel “Elige lo que sea más importante para ti. Lo que más peso tenga. La
sabiduría versus la belleza.” Y debajo de este cartel hay una placa, la cual
está conectada a la puerta. Ella no se lo piensa dos veces, sabe que las dos
cosas son importantes, la belleza es algo estético y que entra por los ojos, y
la sabiduría una de las cosas más importantes que hay. Por lo tanto eligió a
los dos. Los cogió de los brazos y los colocó encima de la placa y de repente
la puerta a la que estaba conectada se abrió. Había superado la prueba. No
existe la belleza sin la sabiduría, ni al revés.
Ya lleva un largo camino y en una
de las últimas pruebas se da cuenta de que no la puede realizar sola, no por la
complejidad que conlleva, sino porque no sabe de todo. Sabe de muchas cosas, ha
superado obstáculos, pero la gente habrá aprendido cosas que ella no. Y es
cuando se da cuenta de que las personas están creadas para vivir rodeadas de
otras personas, para adquirir sus conocimientos y aprender de ellas. Que el
destino lo crea cada uno con las decisiones que elige desde el principio. Que
puede que haya recorrido mucho más trayecto que el resto, pero no es
determinante. Nunca se puede llegar a obtener la inteligencia absoluta.
El final de esta historia se
resume no solo en los valores que vas aprendiendo sobre el trayecto, sino en
que hay que arriesgar siempre para conseguir lo que quieres. Para poder tener
así un objetivo en la vida y recordar que no estás solo.
jueves, 13 de febrero de 2014
lunes, 10 de febrero de 2014
And the winner is...
Los límites entre la teoría y la
práctica de la arquitectura son confusos. La teoría se ciñe a las normas y la
práctica las aplica, son dos ámbitos íntimamente relacionados. Pero llega un
momento en el que deberían separar sus caminos.
Si es cierto que antes de llegar
a la práctica, debemos conocer su fundamento teórico, sus leyes y normas. Antes
de hacer cualquier cosa, debemos tener unos conocimientos previos de cualquier
aplicación. No vas a ponerte a conducir un coche sin saber primero las normas
de circulación. Pero, una vez pasado este punto la teoría debe echarse a un
lado, dejar que la práctica se adueñe de la situación. En la escuela de
Arquitectura nos enseñan distintos campos; construir, diseñar, proyectar… pero
todo son hipótesis. No ha sido comprobado en la práctica. No sabemos si
funciona de verdad. De momento solo conocemos las normas de circulación.
Esta ha sido una de las pocas
veces que nos han dejado conducir. Empezamos pensando en las necesidades del
cliente, en ver que necesita, dónde y cómo.
Basándonos en el hecho de que
María viaja tanto, me ciño al tema de movilidad. Personalmente no considero el
viaje un impedimento, sino una ventaja. Basándome en mi experiencia como
patinadora, valoro más importante el recorrido, el trayecto que el destino.
Mi idea inicial era crear un
espacio para ella en el que pudiera “empaquetar” su vida, sus bienes más
preciados para poder llevarlos de un lugar a otro. Una casa son muros que
delimitan un espacio, los objetos que hay en ella crean un hogar. Concretando
un poco más, le ofrezco hacerle una casa móvil, sin descuidar el tema de
optimizar el espacio. Y basándome en trabajos anteriores me gustaría que fuera
autosuficiente energéticamente y que no perjudicara al medio ambiente.
Mediante este proyecto intento satisfacer las
necesidades de mi cliente. Hacer su vida un poco más cómoda y concienciar a la
gente de la importancia del viaje frente al destino. Y personalmente poder
poner en práctica todo lo aprendido hasta el momento. Ya es hora de conducir.
Ana M. Conejero
jueves, 6 de febrero de 2014
Portfolio y oferta para María Langarita.
Basándome en trabajos propios
anteriores, intenté “desmeluzar” la base de cada uno de ellos. Intentando ver cuáles
eran los puntos más importantes y relevantes de cada uno de los proyectos.
De todos los años de proyectos he
adquirido alguna cualidad o algún punto para reforzar. En Proyectos cero
estuvimos trabajando con materiales reciclados, intentábamos dar una segunda
vida útil a cualquier objeto obsoleto, todo a coste cero. En Proyectos 2 y 3
intentamos ver la realidad con otros ojos. El cómo todo está relacionado con el
resto. Mediante las maquetas empezamos con el tema de las estructuras, equilibrio,
reducir, los movimientos que estos objetos se pueden crear. Y de proyectos 4 a
optimizar. De cómo sacar el máximo provecho de cualquier cosa obteniendo buenos
resultados.
Cabe destacar que aunque no haya
tenido mucha experiencia fuera de la vida universitaria, he aprendido del resto
de materias. Dibujo. Me apasiona. He adquirido una gran destreza con programas
tales como Autocad y Photoshop y a la hora de proyectar es muy importante.
Si es cierto que hasta ahora no
había tocado el tema de movilidad, pero es algo que realmente me interesa ya
que está muy presente todos los días. Y de esta manera poder relacionar así la
oferta que le propongo a Langarita.
María Langarita es una arquitecta
que vive o ha estado viviendo en dos ciudades principalmente, Madrid y
Alicante. Por lo que el tema de movilidad es fundamental para ella. No sabe
tampoco cuánto tiempo tiene que pasar en un sitio o en otro. Puede ser incluso
que de un momento a otro tenga que coger sus cosas y salir corriendo para irse
a la otra ciudad. Además, al ser una reconocida arquitecta, también tendrá
conferencias en distintas partes del mundo, en el que tendrá que transportar
todos sus bienes profesionales, su material de trabajo de una parte a otra del
mundo. Por ello, quería ofrecerle un pack. Un lugar, un espacio reducido, en el
que pueda comprimir todo lo que ella necesite laboralmente. Mantenerlo todo
dentro de unos límites para poder optimizar tanto tiempo como espacio. Sería
como un “estudio móvil” en el cual tendrá todo lo que ella necesita para
trabajar, porque en cierta manera, su trabajo forma una parte fundamental de su
vida, y por lo tanto de su hogar.
Ana M. Conejero
lunes, 3 de febrero de 2014
Crear como forma de vida
No considero que seamos
innovadores, ni originales, simplemente buscamos asentarnos en la sociedad,
buscamos una supervivencia. Si es cierto que esto conlleva una innovación, pero
por necesidad, no por gusto. No somos innovadores, nos vamos adaptando a los
tiempos que corren.
Ya sea cualquiera de las posibles
soluciones que nos ofrecen estos tres personajes Juan, Paquita y Agustín, todas
ellas buscan el mismo objetivo. Sobrevivir. Poder llevar una buena vida. Si es
cierto que son situaciones totalmente distintas, Juan es más conservador, lucha
por conseguir el trabajo de sus sueños aunque no lo consiga, Paquita busca
soluciones alternativas vía online y Agustín intenta potenciar una solución
alternativa en el que mantiene un intercambio con otros servidores. Considero
que algunas de las soluciones que alguno de estos personaje conlleva no son del
todo fiables, porque algunas como Paquita, son simples anexos, simples parches
que te ayudan a conseguir un poco de soltura en tu economía. Agustín sin
embargo, fue más “avispado” vio una oportunidad mejor, una mejor visión de
futuro pero jugando con una potencialidad que es el intercambio de información
y ayuda entre las personas.
La economía es como una montaña
rusa, en la que ahora mismo estamos en lo más bajo. ¿Qué hacer para mejorar la
situación? Hay que mover el dinero. Este es el momento en el que la gente tiene
que invertir y arriesgar y hacer que el dinero circule. El problema es que en
épocas de crisis la gente no arriesga ¿por qué? Por miedo. Pero de esta manera
conseguiríamos una pequeña evolución. Todo
es el intercambio entre las personas. Un dar y recibir. Así es a lo que
llegaríamos a un bien común.
Como arquitectos debemos
empatizar con los clientes, saber lo que quieren y lo que necesitan. Tener un
portfolio flexible para las diferentes situaciones y problemas que nos puedan
surgir. Uno de los puntos más importante que deberían tener es la optimización,
para mí personalmente un tema muy importante ya que me he criado con una
mentalidad muy clara con el pensamiento de que el dinero no crece en los
árboles. De que todo cuesta y no regalan nada.
Me frustra pensar que la
innovación haya surgido como necesidad, no como pasión unida a nuestra profesión,
ya que es algo que nos caracteriza, la capacidad de imaginar cosas que no
existen. Somos capaces de hacer de nuestra imaginación una realidad. Si es
cierto que las máquinas cada vez se hacen dueñas de nuestro mundo, pero hay
algo que no van a poder hacer nunca y es crear. Tener creatividad. Debemos
seguir aprendiendo y aprovechando las oportunidades que nos brindan porque
aunque haya que pensar en un futuro, también hay que vivir el presente.
Ana M. Conejero
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