domingo, 27 de abril de 2014

ABSTRACT 2.0. La vida es movimiento.

Una nueva manera de moverse por la ciudad. Cómo ya sabemos, la ciudad está en continuo movimiento, y con ella nosotros. Estoy investigando en una nueva forma de habitar basada en el movimiento, en cómo pueden convivir dos espacios, habitar y movimiento.

La investigación se centra en cómo un espacio adaptado para patinar es eficiente para una persona en concreto, dependiendo de diferentes hipótesis sobre este sujeto, cómo debería ser su hogar o no. Dependiendo de cómo es una persona, cómo sería su espacio ideal. Cabe recordar que es una investigación, una forma de acercarnos a situaciones reales pero que no lo son.

Actualmente, hay algunos lugares, decidido principalmente por el Ayuntamiento, que prohíbe practicar una serie de deportes en el espacio público. Esta investigación ha permitido crear un espacio que permita dentro de las leyes de la ciudad de Madrid, obtener un espacio privado para practicar este tipo de deporte.

Otra problemática, es el no caer en una situación contradictoria. El crear un espacio cerrado, rompe con el ideal de ser libre mientras te desplazas por la ciudad.

Esta investigación se ha forjado a base de interactuar con gente que trabaja o simplemente disfruta con este tipo de deporte. Haciendo preguntas y buscando información en miles de páginas de internet. Además se ha estudiado desde el principio, del movimiento que realiza una persona, viendo que espacio es el adecuado y el que realmente necesita. Además se han realizado dibujos que expresan como se relaciona con el contexto, y como perder la sensación de estar en una jaula. Patrones del espacio y de cómo se podría construir. Se ha trabajado con la materialidad, experimentando con la transparencia, el sonido y la sensación que produce.

Este trabajo va dirigido a aquellas personas que les gusta patinar, ya sea como aficionado o que realmente se dedica a ello. Son resultados que nos demuestran cómo el habitar y el movimiento puede ser compatible en un mismo espacio. A pesar de ello, las conclusiones que obtenemos es que la gente prefiere patinar en la calle, porque ésta le permite hacer/sentir cosas que un espacio cerrado no.


Ana M. Conejero

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