Nosotros,
vosotros, ellos. Cada persona es un mundo. Cada persona es única en sí misma,
aunque también es cierto que la forma de pensar de cada una de ellas puede
llegar a ser muy parecida, pero nunca idéntica.
No somos
robots. No nos gustan las mismas cosas, ni las realizamos de la misma manera.
Existen variedad de gustos, variedad de colores, variedad de formas. Cada uno
posee un carácter, una forma de pensar y de actuar.
No diría que
es mi herramienta estrella, ni la que mejor manejo, pero sí es la que para mí
más representa y con la que más cómoda me siento. El dibujo. El dibujo ha sido
durante muchos años la esencia del arquitecto, la magia que tiene el crear en
un papel en blanco algo que solo ve en su mente, es maravilloso.
Es un acto
que ya haces directamente casi sin pensar. Coger un papel y dibujar. Plasmar
tus primeras ideas e impresiones. Dibujas, borras, tachas, vuelves a tachar,
continuas dibujando. Mi primer paso es coger esa pequeña libreta que siempre
llevo conmigo y con un lápiz blando rayar. A veces no tiene ni sentido, pero
algo hay.
El proceso
del dibujo es largo y tiene varias fases. Esos primeros dibujos mal hechos para
mí son la esencia del proyecto. Son los primeros pensamientos que tenemos antes
de que cualquier cosa sea definitiva y tangible. Y tienen una magia, un algo
especial. Es como decir “de estas 4 rayas ha salido esta obra de arte.” Se ve
un principio y un final completamente radical, manteniendo esas cuatro ideas
básicas que lo hacen único.
Los tiempos
evolucionan y con ellos la forma de trabajar, nos vamos actualizando y con nosotros
el dibujo. A día de hoy las máquinas dibujan por nosotros, y sí, es cierto,
tienen una precisión increíble y los resultados son estupendos, pero es
demasiado frío, es como hemos perdido algo por el camino de la ideación.
Hay una
firma mexicana, una empresa de arquitectura llamada Proyectotal que comparte mi
forma de pensar y a su vez trabajan de la misma manera que yo trabajo.
“La
arquitectura no puede divorciarse del dibujo, no importa lo impresionante que
la tecnología se ponga. Los dibujos no son sólo los productos finales: son
parte del proceso de pensamiento de diseño arquitectónico. Los dibujos expresan
la interacción de nuestras mentes, ojos y manos. Ésta última afirmación es
absolutamente crucial para diferenciar entre los que dibujan para
conceptualizar la arquitectura y los que utilizan el ordenador. “
http://proyectotal.blogspot.com.es/2012/09/la-muerte-del-dibujo-en-la-arquitectura.html
Como ya he
dicho antes, lo primero que hago es coger ese lápiz blando y dibujar las
primeras ideas o lo que más me llama la atención en mi pequeña libreta. Ese
dibujo poco a poco se va mejorando, ya sea dibujando a mano o a ordenador. Da
igual. Ese dibujo se va enriqueciendo, vas añadiendo componentes, nuevas ideas
y poco a poco vas creando algo más potente. Pero es cierto, llega un punto en
el que te quedas corto, necesitas más. En mi caso, para llegar a entender bien
el proyecto, o lo que sea que esté dibujando es darle volumen, darle vida. Me
parecen geniales los renders y los modelados en 3D. Es contradictorio. Pero hay
que saber ver las oportunidades que las nuevas tecnologías nos ofrecen y esta
es una muy buena manera de ver la idea que tú tenías en un principio. En el
posible objeto que se convertirá. Hay como un salto de gigante entre el primer
paso y este, pero para mí son los más contundentes, los más potentes. Los que
más información te dan. El poder jugar con las luces de la manera qué quieras y
descubrir realmente donde están los límites de tu proyecto es muy interesante.
Las
herramientas se complementan unas con otras, con forme más idiomas utilices para
comunicarte, más potente será el proyecto y más claro quedará el resultado
final. Diferentes técnicas que se entrelazan para dar un único resultado.
Ana M. Conejero
Proyectotal
“La muerte
del dibujo en la arquitectura”
Lunes, 10 de
septiembre de 2012
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