lunes, 31 de marzo de 2014

“Una casa propia para patinar, incorporada en un ambiente común”

Nombrar. “El nombre es la designación o denominación verbal que se le da a una persona, animal, cosa o concepto tangible o intangible, concreto o abstracto, para distinguirlos de otros.”

El distinguirse entre unos y otros. El asignar un nombre convierte a una cosa común en propia. Le proporciona una personalidad, una potencialidad.

En un proyecto de arquitectura, el definir el proyecto con un nombre, cuesta mucho. Muchísimo. Querer abarcar tantas cosas y definirlas simplemente con una. Por lo tanto ese nombre tiene que ser fuerte, potente. Que permita resumir toda la fortaleza del proyecto en una palabra o una frase.

Analizando, observando las fortalezas del proyecto, podríamos considerar que las palabras que mejor lo definen son “patinar, no límites, transparencia, integración” pero son palabras muy planas, no dicen nada aparentemente.

El simple hecho de patinar, consiste en deslizarse por una superficie. En una serie de movimientos que crean una acción. La intención del proyecto es que mediante la transparencia se cree una confusión de los límites, el que no existan unos límites visuales claros, y de esta manera permita una integración entre el espacio privado, que es la casa en sí, con el espacio público, que es realmente donde María Langarita quiere estar.

Una de las opciones para nombrar el proyecto sería, unificando esta serie de términos comunes creando uno propio. “Una casa en la que se permite ver”. También jugando con estas palabras en otros idiomas y ver que podemos obtener “A house without delimiting, skate house”, o Incluso viendo cuál es la etimología de cada uno de ellos y crear así un nombre potente y rompedor (eidos=apariencia, imagen).

Es una casa en la que no se hacen todas las actividades cotidianas que conocemos o incluso vivimos día a día. No se duerme, no se come. Es una casa para el ocio. Para desestresarte y aislarte, de cierta manera, sin perder la necesidad de sentirse libre, en medio de la calle.  El nombre debe reflejar la condición de “no limits” de estar en un espacio y en otro. Reflejar los verbos de no limitar, transparentar, integrar y deslizarse. “Una casa para deslizarse en el espacio público sin estar”, “una casa integrada”, “una casa integrada y que te permite ver”.

Me parece muy interesante el querer que trabajar con el tema de los límites, el no trabajar con muros gruesos y opacos. El decir “aquí acaba tu casa” ¿por qué? Tu casa no tiene por qué terminar donde esté la pared. En verdad está todo relacionado, los límites es algo que va unido a los espacios públicos y privados. Pero ante todo me gusta trabajar con algo que sea funcional, con arquitectura que la gente necesita, no simplemente para mirar.

Finalmente, si realmente tenemos que designar al proyecto con un nombre, lo designaré como “Una casa propia para patinar, incorporada en un ambiente común”.


Ana M. Conejero

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